Cazando hienas

Este libro apareció en México no hace muchos años. Pero, como otros muchos libros con un interés limitado, nunca llegó a España. Tuve que recurrir a internet para localizar un ejemplar en Reino Unido, completamente nuevo.

Confieso que andaba en realidad detrás de una biografía reciente de Simon Wiesenthal, tras haber visitado Viena y haber fotografiado su portal y el piso que también le sirvió de oficina, y que aún no ha sido publicada en español.

Me ha decepcionado, pues el título del libro, «Cazando hienas«, te hace pensar que su contenido girará únicamente en torno a la captura de nazis. Sin embargo, los primeros capítulos se dedican a ayudar a comprender el origen del antisemitismo moderno, repasando las causas (culturales, políticas y económicas) que desencadenaron la política del genocidio.

Sube el interés a medida que avanza la lectura. Los siguientes capítulos suponen un breve ensayo histórico de las vidas de Adolf Eichmann y de Simon Wiesenthal.

La segunda mitad del libro por fin se dedica a la captura y caza de nazis, propiamente dicha. Comienzan con una breve historia del Mossad y acaban reseñando algunos de los casos de éxito y también algunos fracasos.

Me impresionó una frase de Simon Wiesenthal, con la que comienza el libro: «Justicia, no venganza«.

Autor: Carlos Golberg

Editorial: L.D. Books

Año: 1ª edición – abril 2010

Páginas: 154


2 respuesta a «Cazando hienas»

  • Nancy

    Me parece aberrante que Simon Wiesenthal haya creído siempre (y que la bola de pendejos judíos le siguieran) que los asesinatos y la CAZA que cometió, fue justicia. Queda claro que fueron viles y cínicos asesinatos. Pues la caza NUNCA es justa!! lo que cometió fue una clara y llana venganza!! maldito asesino que debe estarse pudriendo en lo más profundo del infierno.

    • Jesús Maguregui

      Su comentario le define a usted perfectamente, sin necesidad de tener que entrar en muchos detalles.
      Seguramente lo que le exculpa es su supina ignorancia.

      A pesar de las infinitas ocasiones que tuvo para ello, el señor Wiesenthal nunca mató ni ordenó el asesinato de nadie. Pero consiguió, a lo largo de su larga vida, llevar ante la Justicia a más de 1.100 criminales de guerra. A él le debe la Humanidad, entre otros, la captura de Adolf Eichmann (que habría seguido oculto por el Gobierno Argentino, siempre tan colaborador).

      Le voy a ser sincero. Yo soy Wiesenthal y no habría sido tan condescendiente con los asesinos nazis, como lo fue él por respetar las reglas del juego.

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