Visita al campo de exterminio de Treblinka II

En enero de 1942, tuvo lugar la Conferencia de Wannsee, cuyo propósito fue organizar la “Solución Final del problema Judío”. Ese mismo año, con el nombre secreto de “Operación Reinhard”, fueron construidos 3 campos de exterminio: Belzec, Sobibor y Treblinka. De este modo dio comienzo un programa de exterminio que no finalizó hasta que la población judía de Polonia fue prácticamente aniquilada.

Se trataba de instalaciones secretas, y las autoridades alemanas se referían a ellas como “campos de tránsito”. Con el fin de no dejar ni huella, antes de la llegada de los aliados fueron completamente desmantelados. Lejos del circuito turístico habitual, Treblinka se encuentra a unos 80 km al noreste de Varsovia, a lo largo de la línea férrea entre Varsovia y Bialystok.Treblinka_063

En 1941, las SS crearon un campo de trabajo forzoso para judíos polacos procedentes principalmente del distrito de Varsovia (conocido como Treblinka I), para la explotación de una cantera. Más de 20.000 personas pasaron por este campo y más de la mitad murió de hambre, torturas o fusilamiento. El campo fue desmantelado en julio de 1944, cuando el Ejército soviético se acercaba. Este campo dista apenas 2 kms. del campo de exterminio y está perfectamente señalizado el camino que lleva a él.

Desde mayo a julio de 1942, el SS Odilo Globocnik se encargó de la construcción del campo de exterminio Treblinka II en una zona boscosa y poco poblada situada a 4 kms. del pueblo de Treblinka y de la estación de tren. Las operaciones de asesinato masivo comenzaron el 23 de julio de 1942.

Lo aprendido durante la construcción de Belzec y Sobibor permitió ganar en experiencia y, de este modo, Treblinka se convirtió en el campo de extermino más perfecto de la “Operación Reinhard”. La zona de exterminio estaba totalmente separada del resto del campo por su propia alambrada. La cámara de gas estaba situada en un edificio enorme de ladrillo, que simulaba una Sinagoga, en el centro de esta zona. El pasillo curvo, formado por alambradas y altas ramas, que llevaba a la zona de exterminio (llamado irónicamente por los SS “Camino al Cielo”), fue una idea ya puesta en marcha en Belzec y Sobibor.

Al principio hubo en funcionamiento 3 cámaras de gas, dotadas de motores diesel que producían monóxido de carbono (se maneja la hipótesis de que se tratara de motores de tanques soviéticos arrebatados al enemigo). Las 10 estancias simulaban una zona de duchas; pero en realidad, las tuberías introducían el gas. La muerte era muy lenta. Cuando se abrían las puertas laterales a ambos lados del edificio, varios supervivientes comentaron que los cuerpos estaban tan enredados entre sí que era imposible separarles, y que, en su suplicio, habían escalado unos sobre otros, aplastándose padres contra hijos, tratando de respirar las últimas bocanadas de oxígeno). A un lado de este edificio estaban las grandes fosas en las que otros presos debían arrojar los cuerpos.

El procedimiento era siempre el mismo: el transporte se desviaba desde la estación de Treblinka hasta el campo de exterminio. Los deportados eran sacados de los vagones y llevados a través de una puerta hasta un rectángulo de alambradas del campo. En la puerta se procedía a la separación: los hombres a la derecha, y las mujeres y niños a la izquierda. Un gran cartel, escrito en polaco y alemán, señalaba:

¡Atención, judíos de Varsovia! Están en un campo de tránsito desde donde continuarán hacia campos de trabajo. Para evitar epidemias, su ropa y piezas de equipaje deberán ser entregadas para su desinfección. El oro, dinero, divisas y joyas deben ser depositados en Caja y se les entregará un recibo. Serán devueltas posteriormente, al presentar dicho recibo. Por temas de higiene, todos los recién llegados deberán bañarse, antes de continuar el viaje”.

El procedimiento para desnudarse y la forma en que las víctimas eran transportadas a las cámaras de gas eran casi idénticas a las descritas en el campo de Sobibor.

El personal de Treblinka estaba formado por tan sólo unos 40 oficiales de las SS y 150 guardias ucranianos. Se utilizó a presos judíos en los denominados Sonderkommandos (unidades especiales); cuando estos trabajadores estaban demasiado débiles, eran eliminados y reemplazados por presos más jóvenes. El trabajo de estas unidades incluía la extracción de piezas dentales de oro de los asesinados.

La descomposición de los cadáveres enterrados en las grandes zanjas abiertas al lado de la cámara de gas, supuso una imagen dantesca: el suelo se levantaba y parecía abrirse literalmente, siendo el hedor insoportable. Por ello, se organizó la exhumación e incineración de aproximadamente 800.000 cadáveres en los alrededores del campo. Existen documentos gráficos que muestran excavadoras realizando estos trabajos. Los Sonderkommandos eran obligados a transportar los cuerpos a las fosas comunes y, posteriormente, a exhumar y quemar estos cuerpos en gigantescas piras.

Durante la revuelta del 2 de agosto, planeada por el último Sonderkommando (temeroso de su inmediata eliminación al comprobar que dejaban de llegar trenes con la frecuencia habitual), algunos oficiales de las SS y guardias ucranianos fueron asesinados. 800 valientes presos judíos entregaron su vida y más de 200 presos consiguieron huir, aunque la mayoría fueron cazados en los bosques cercanos. Aproximadamente unos 70 sobrevivieron la II Guerra Mundial y muy pocos pudieron dar fe de los sucedido.

Todos los edificios fueron arrasados, la tierra removida y plantada con árboles, y se construyó una casa de campo que se entregó a una familia de campesinos ucranianos. Todo rastro de lo que allí había pasado fue eliminado.

No se puede establecer el número exacto de personas que fueron asesinadas, porque sólo se dispone de una parte de los documentos, especialmente lo referente a los transportes por ferrocarril. Pero se estima que entre 800.000 y 900.000 judíos fueron asesinados en el campo de exterminio de Treblinka.

Durante la «Operación Reinhard» (entre marzo de 1942 y noviembre de 1943), se calcula que aproximadamente 1.700.000 judíos fueron exterminados en los campos de Belzec, Sobibor y Treblinka.

En la actualidad, un visitante que no conozca la historia del campo podrá llevarse la impresión de que «allí no hay nada». Han situado unas traviesas de piedra a modo de vía de tren para simular la llegada al campo, y es posible sentir cómo el corazón se te congela cuando, tras caminar por lo que en su momento fue el «Camino al Cielo», uno se detiene frente al enorme mausoleo de piedra (situado en el lugar que fue cámara de gas). Caminar en silencio entre los hitos de piedra (que llevan grabados los nombres de las poblaciones judías que fueron aniquiladas) es caminar sobre las cenizas de miles de almas.

Digno museo a la entrada del campo (con una valiosa maqueta, a la que merece la pena dedicarle un buen tiempo). Imprescindible su visita para hacerse una idea de la ubicación geográfica del mismo.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/siwdm5fhhdsmsj9/AABrpQ5j7kRrrWiB6Ve54hmVa?dl=0


4 respuesta a «Visita al campo de exterminio de Treblinka II»

  • alfredo balius

    . . . . . Vasili Grossman, en su novela Años de Guerra describe cuan espeluznante era el campo de Treblinka.

  • Alberto

    Gran entrada Jesús. Gran blog, especialmente en una época en que la memoria no llega más allá de un mes.
    Enhorabuena

  • JAMEL CASTILLLO

    Graciaspor compartir estas fotografias y dichas descripciones tan detalladas realmente me TRANSPORTE, debe ser increible uns experiencia sin palabras caminar por donde mismo que todas esas personas wow que fuerte tanto sentimiento, tanta historia, tanta vida y tanta muerte…. Ssludos!

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