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Visita al campo de concentración de Terezín (pequeña fortaleza)

Aunque están muy cerca uno del otro, Terezín (o «Pequeña Fortaleza») en poco o en nada se parece al ghetto de Theresienstadt.

Finalizadas en 1784, el diseño de ambas es el de una ciudadela fortificada. Detrás de sus enormes murallas había alojamientos para soldados, caballerizas, familias y civiles. Pero al lado de la fortaleza principal se construyó otra más pequeña (rodeada de un profundo foso) que servía de prisión militar. A principios del siglo XIX se encerraba allí a los opositores políticos de la Casa de Habsburgo.Terezin_016

Entre sus reclusos, cabe destacar a Gavrilo Princip, el autor material del asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo (en 1914), que desencadenó la I Guerra Mundial. Tenía la reputación de ser una de las peores cárceles del Imperio Austrohúngaro, pues a los presos se les encadenaba en mazmorras frías y húmedas.

Durante la II Guerra Mundial, la Pequeña Fortaleza se utilizó con propósitos mucho más terribles. Mucho más impresionante que la del ghetto, su visita debe ser realizada, sí o sí, con guía (cosa que no me hacía en principio especial gracia, porque dependes completamente del grado de preparación y las ganas de compartir con el grupo que tenga esa persona). Se debe abonar entrada y se paga un extra por la cámara de fotos (algo incontrolable hoy en día, con la aparición de los smartphones). Yo aconsejo esconder, al principio, la cámara de fotos.

Existe un importante cementerio a la entrada, dominado por una imponente Estrella de David realizada con raíles de tren. Poca gente se percata de ello.

Debido a las terribles inundaciones de agosto de 2002, el agua alcanzó varios metros de altura y se echaron a perder documentos y artículos de la exposición permanente, y lugares populares de la pequeña fortaleza (como la puerta donde se indica «Arbeit macht frei») quedaron destrozados. Hasta hace poco han estado trabajando lentamente en la recuperación del monumento. Falta de presupuesto, argumentan. Es fácil comprobar qué partes son nuevas, por el enfoscado impecable de las zonas restauradas, frente al resto, bastante destrozado.Terezin_040

Armarios, literas, retretes, estufas, duchas, lavabos, espejos… todo ha quedado como entonces. Impresiona pasear junto al muro de los fusilamientos, la horca… Aunque viendo las fotografías que tomé en mi visita, uno se puede hacer una idea de lo claustrofóbico que suponía, para los prisioneros, la condición de estar recluido en una prisión, añadido a la condición de antigua fortaleza militar.

He de reconocer que mi experiencia con la guía fue muy buena, aunque si aún estás dentro del horario de apertura, aconsejo un paseo por libre (tras la visita) para tomar todas las fotos que necesites.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/mnq787tin415tuu/AAAlFEdx6yqZ6ekHjPLQr9Ada?dl=0


Visita al campo de concentración de Dachau

Apenas a 13 kms. al noroeste de Munich se encuentra el campo de concentración de Dachau (inaugurado el 22 de marzo de 1933), el primer campo de concentración nazi, que sirvió como modelo para todos los que le siguieron. Junto a Sachsenhausen (al norte de Berlín) es uno de los más visitados en Alemania. Allí fueron recluidos principalmente religiosos, aristócratas, intelectuales y políticos contrario al régimen. Dachau es más conocido por los miles de experimentos médicos realizados con prisioneros (llegando a menudo a la muerte o al asesinato de los mismos). Dachau_046

En barracas situadas de manera organizada a lo largo de un camino central, más de 200.000 prisioneros de más de 30 países fueron recluidos en Dachau. Se estiman 41.500 personas asesinadas en el campo, aunque miles más murieron por las pésimas condiciones de vida. La epidemia de tifus a comienzos de 1945 motivó una evacuación en la que murió la mayoría de los prisioneros.

Junto al Campo Principal, está claramente separado el área del crematorio (creado en 1942). Además del viejo crematorio existe un crematorio nuevo (barraca X) con una cámara de gas. Todo se mantiene como entonces: torres de vigilancia, alambradas… Cuando uno llega al crematorio y se encuentra frente a él, es necesario detenerse y respirar hondo.

Dachau sirvió como campo principal para albergar prisioneros religiosos como, por ejemplo, Testigos de Jehová, (que portaban triángulos púrpuras en sus uniformes de prisioneros), y que se oponían, hasta las últimas consecuencias, a la ideología nazi. Según datos de la Iglesia Católica, al menos 3.000 religiosos, diáconos, sacerdotes y obispos fueron recluidos allí. En total, fallecieron en Dachau 1.034 personas con cargos religiosos.

El sacerdote alemán Josef Kentenich, fundador del movimiento apostólico de Schönstatt, durante su reclusión (voluntaria) se las ingenió para enviar noticias al exterior, documentando gran parte de lo ocurrido en el día a día en Dachau.

Un famoso personaje que estuvo allí recluido fue el psicólogo Victor Frankl, fundador de la Logoterapia. Tras ser liberado, escribió la famosa obra «El hombre en busca de sentido«, en la cual relata su experiencia desde el punto de vista de un psicólogo. Imprescindible lectura.

Dachau también acogió a numerosos miembros de la nobleza (familia real de Baviera, la familia de los duques de Hohenberg, el príncipe español Francisco Javier de Borbón-Parma…)

Fueron terribles los experimentos con prisioneros realizados por el médico militar Sigmund Rascher, cuyo objetivo era mejorar la capacidad de supervivencia de los pilotos alemanes en condiciones extremas (hipotermia y altitudes extremas). Rascher engañó a Himmler creando una falsa familia aria, aprovechándose así de prebendas y regalos. Fue ejecutado en el mismo campo por orden de Himmler, el temible jefe de las SS.

El campo fue liberado el 29 de abril de 1945 por la 20ª División Blindada y la 45ª División de Infantería del VII Ejército de Estados Unidos.

Actualmente el Campo de concentración de Dachau es un Museo Conmemorativo. En los años 1996-2003 se abrió una exposición sobre la historia del campo de concentración titulada «El camino de los reclusos». Este museo cuenta con 22 zonas, 21 de ellas abiertas al público en general y sólo la zona del antiguo campo de las SS es inaccesible. A lo largo del recorrido se intenta recrear la vida de los reclusos durante su estancia en el campo.

A pesar de que apenas quedan barracas en pie, en el campo cabe destacar:

  • El complejo de intendencia (cocina, guardarropas, talleres y baño). Sobre el tejado del edificio estaba escrito con letras grandes: «Hay un camino hacia la libertad: éste pasa por la obediencia, la honestidad, la limpieza, la sobriedad, la aplicación, el orden, el sentido de sacrificio, la sinceridad y el amor a la patria». Hay un gran cartel que permite ponerse en situación (ver foto abajo). Dachau_009
  • El búnker (o la prisión) es un lugar donde aún se respira el terror. Ahí tenían lugar la mayoría de experimentos y torturas a los reclusos. Entre los más notorios, las infecciones intencionadas de malaria.
  • El campo de tiro de las SS, en el que más de 4.000 prisioneros de guerra soviéticos fueron ejecutados.
  • Las fosas comunes de Leitenberg: antes de la liberación del campo, los muertos no pudieron ser incinerados por falta de carbón y más de 7.500 cadáveres fueron enterrados en este lugar.
  • El bloque de los sacerdotes, en el que se encontraban todos aquellos reclusos pertenecientes al clero.

En noviembre de 2014, siguiendo el ejemplo del rótulo situado a la entrada del campo de Auschwitz, fue robada la puerta de entrada al campo. Según me cuentan amigos que acaban de visitar el campo, la puerta está de nuevo allí. ¿Original? ¿Copia? Aún no lo sé.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/skgwm17nhirhff0/AAC2o3SX1dyI3eQ_YRU5Gv7Da?dl=0


Visita a la fábrica de Oskar Schindler

Desde que se estrenara la película de Steven Spielberg «La lista de Schindler» allá por 1993, este lugar es visita obligada para todo aquel que alguna vez viaje a Cracovia. Realmente es a partir del éxito mundial de dicha película cuando el Holocausto pasa a tener interés para una gran mayoría de la gente que, antes, ni tan siquiera había mostrado sensibilidad. De alguna manera, y aunque sea delicado tratar este tema, Spielberg consiguió «popularizar» o poner de moda la Shoah. Fábrica Schindler_008

Como bien queda reflejado en la película, el empresario Oskar Schindler, afiliado al Partido Nacionalsocialista, fue un hábil hombre de negocios en busca de oportunidades. Sus contactos con las altas esferas nazis le permitieron ir creando una auténtica fortuna.

En 1939, Oskar Schindler fue espía para los alemanes durante sus viajes a Polonia, y, tras la invasión del país, en octubre se trasladó a Cracovia para dirigir una fábrica de productos esmaltados conocida como «Deutsche Emailwaren Fabrik«, lanzándose a producir utensilios para los militares. Debido a que la mano de obra alemana era muy escasa, aceptó la oportunidad de contratar a sus trabajadores de entre los prisioneros judíos (mucho más baratos) que se encontraban en el cercano campo de concentración de Plaszów.

A medida que Schindler fue conociendo detalles acerca del atroz modo en el que los nazis trataban a los judíos, y de su espantosa vida en el campo, comenzó a tomar conciencia y acabó negociando para que sus trabajadores pudieran mantenerse alejados de Plaszów, dándoles incluso cobijo en la fábrica.

Gracias a un listado que determinaba quiénes eran sus «empleados indispensables», y mediante sobornos que acabaron con toda su fortuna, Schindler logró proteger a los trabajadores de su fábrica para que no acabaran en los campos de exterminio de Auschwitz y Birkenau, enviándolos en lugar de ello a Checoslovaquia y consiguiendo salvar la vida así de más de 1.200 personas.

Después de la II Guerra Mundial, arruinado y protegido por las autoridades argentinas ante las amenazas de grupos neonazis, estuvo dedicado a la cría de animales en Buenos Aires (desde 1949 a 1957). Pero quebró, se separó de su mujer y regresó a Alemania. Fue invitado a viajar a Israel, donde fue nombrado «Justo entre las Naciones» por el Gobierno de Israel en 1963. Falleció en Hildesheim (Alemania) en 1974.

En la actualidad, la fábrica de Schindler alberga una exposición permanente titulada «Cracovia bajo la ocupación nazi entre 1939 y 1945«. Dada la enorme afluencia de visitantes (sobre todo en primavera y verano), conviene acudir a primera hora. El tiempo medio de espera para entrar a la exposición suele ser de 1 hora. Me parece increíble que no esté permitido el acceso a algunos lugares que aparecen en la película (por ejemplo, la famosa escalera a la que acude una mujer para ser recibida por Schindler). Fábrica Schindler_029

Para mí, lo mejor de la exposición es algo que suele pasar desapercibido para todo el mundo: una enorme fotografía del lugar donde empezaba a establecerse el campo de Plaszów (con la Sinagoga y cementerios aún en pie, y el edificio cuyos sótanos fueron posteriormente utilizados como calabozos por las SS). Resulta impresionante comprobar que ese edificio sigue, hoy en día, aún ahí.

Y aunque el recorrido a través de la exposición muestra dioramas muy realistas (con figuras humanas en su totalidad pintadas de color blanco que representan a los miembros de una familia judía), reconstrucciones de despachos, montañas de bienes esmaltados, imágenes y sonidos capaces de transportarnos hasta el periodo que los judíos vivieron en Polonia durante la ocupación nazi… curiosamente no es posible la visita a lo que realmente fue la fábrica y las naves de trabajo de Oskar Schindler. Es increíble: la visita a la fábrica está terminantemente prohibida.

Todas las fotografías de mi visita a la exposición de Oskar Schindler están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/8u9jd462jz2pzse/AABJOiosxjBrcw02EaNXwu0Va?dl=0


Visita a la prisión de Plötzensee

La prisión de Plötzensee data del siglo XIX y se construyó fuera de los límites de Berlín. Su principal objetivo era conseguir la rehabilitación de sus internos, y no su utilización ni explotación como mano de obra (como ocurrió en otros campos). Los internos eran convictos sentenciados a cortas penas, bajo condiciones menos severas. El recinto acogía a unos 1.200 internos, y el complejo incluía la prisión, la administración, talleres, la enfermería, la capilla, alojamientos para los guardianes y zonas verdes.Plotzensee_005

Antes de la llegada del nacionalsocialismo, un total de 36 personas, convictas de asesinato, fueron ejecutadas en el patio de la prisión. Muy pocas para lo que habría de suceder. Tras la llegada de Hitler al poder, 2.891 personas fueron víctimas de ejecuciones judiciales durante los 12 años de terror nacionalsocialista (desde 1933 a 1945). A medida que pasaban los años, la disciplina de la prisión se iba volviendo cada vez más dura. El sistema penal nacionalsocialista se centraba en la disuasión y la reeducación de los disidentes políticos.

La prisión fue utilizada como recinto para personas que estaban a la espera de juicio por cargos políticos. Estos casos eran cada vez más numerosos, tanto ante los Tribunales Especiales nazis, creados en 1933, como ante los Tribunales Populares, creados en 1934.

Aproximadamente el 50% de los ejecutados eran alemanes, la mayoría de ellos sentenciados a muerte por actos de resistencia contra el Estado. Sin embargo, las víctimas del sistema judicial nazi en Plötzensee también incluían a muchas personas acusadas de delitos menores: extranjeros convictos de algún crimen (677 presos ejecutados procedentes de Checoslovaquia, 253 de Polonia, y 245 de Francia). Solían ser miembros de organizaciones pertenecientes a la Resistencia.

En septiembre de 1943, llegaron a juntarse unos 300 presos sentenciados a muerte, esperando la resolución de sus procedimientos de clemencia. Después de una queja del propio Hitler ante el Ministro de Justicia, más de 250 de ellos fueron asesinados entre en apenas 5 días.

Un ataque aéreo, en otoño de 1943, dañó gravemente la prisión. El edificio de tres alas, que alojaba a los prisioneros que esperaban su ejecución, fue gravemente dañado. El exceso de población presidiaria, las insuficientes raciones de comida y la escasa atención médica, crearon unas lamentables condiciones de vida para los internos y fueron sucesivamente liberados durante la primavera de 1945. En el momento de la llegada del Ejército Soviético, el 25 de abril de 1945, la prisión estaba casi vacía.

El Memorial de Plötzensee conmemora a las víctimas del nacionalsocialismo, y lo que actualmente queda en pie es la sala de ejecuciones y una sala adyacente con una pequeña exposición que explica la práctica judicial nacionalsocialista y su sistema penal.

Aunque Plötzensee se ha convertido en un lugar de recuerdo y conmemoración de todas las víctimas de la dictadura nacionalsocialista, es muy probable que, durante su visita, usted no coincida con nadie. Es un espacio abierto, aparentemente no vigilado. Impresiona permanecer frente al muro donde eran colgados, torturados y fusilados los disidentes del régimen y el resto de presidiarios. Una sencilla barrera (formada por un grueso cordón) recuerda al visitante que no debe traspasarla, por respeto a las víctimas, y unas coronas de flores secas adornan el triste lugar.

Todas las fotografías de mi visita a la prisión están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/kdtp9jb19zuf3ko/AABdxA09l9mNBsEGBknsg2S2a?dl=0


Visita al campo de exterminio de Sobibor

El campo de Sobibor está localizado muy cerca del río Bug, en una zona escasamente poblada, junto al pueblo del mismo nombre, entre las ciudades de Chelm y Wlodawa.

La seguridad del campo era crucial para mantener el secreto del exterminio. Crearon un excelente sistema de vallado eléctrico y de iluminación alrededor del campo, con múltiples niveles de alambradas (disimuladas con ramas de pinos, que permitían esconder lo que sucedía en el interior), con una torre de observación principal en el centro del campo y varias torres de guardia rodeando el perímetro del campo. Un campo de minas de 15 metros de ancho rodeaba la zona.Sobibor_020

El campo estaba compuesto por cinco secciones principales: el Vorlager (la zona de guardia) y 4 secciones interiores, denominadas Lagers (I, II, III, IV). Cada sección estaba separada del resto y rodeada de alambradas. El Vorlager incluía la entrada principal, el ramal del ferrocarril desde la vía principal y la plataforma donde las víctimas abandonaban los trenes. La casa del Comandante se encontraba frente a la plataforma.

El Lager I, rodeado de una alambrada y un foso de agua, fue construido directamente detrás de la zona de guardia. Aquí vivían los presos judíos que daban servicio al personal de las SS: sastres, zapateros, carpinteros, mecánicos y otros servicios de mantenimiento, y aquí se encontraba la cocina para prisioneros.

El Lager II era la sección más grande, e incluía los servicios considerados esenciales para el funcionamiento del campo: con una plantilla de 400 presos, contenía los almacenes utilizados para los artículos procedentes de los presos muertos (pelo, ropa, comida, oro y otros objetos de valor). Los judíos eran desnudados, vejados, golpeados y se les hacía caminar a través de un camino rodeado de alambradas, irónicamente conocido como Himmlerfahrtstrasse (“camino celestial”), que llevaba directamente a las cámaras de gas.

En el Lager III era donde las víctimas eran exterminadas. Al entrar, descendían directamente a la cámara de gas, decorada con flores y la Estrella de David. Además de la cámara y del crematorio al aire libre, había un alojamiento para los más de 150 presos que trabajaban allí. Como las cámaras se acabaron quedando pequeñas, insuficientes para absorber las oleadas de víctimas, fueron demolidas en agosto de 1942, y fue construido un gran edificio que albergaba al doble de víctimas. Unas 500 personas entraban, a través de pequeñas puertas, señalizadas como «casa de baño». El motor que generaba el monóxido de carbono estaba situado junto a la cámara de gas.

El personal de las SS se componía de unos 30 oficiales y la fuerza de guardia estaba compuesta por unos 120 guardias ucranianos.

El 28 de abril de 1943, un transporte de judíos polacos procedentes del ghetto de Izbica llegó a Sobibor y 40 de ellos fueron seleccionados para trabajar en el campo. Aquellos judíos llevaron las noticias del alzamiento del ghetto de Varsovia. Y así nació el espíritu para comenzar a preparar la lucha. Se creó un núcleo de conspiradores, liderados por Leon Feldhendler y por el oficial del Ejército soviético Alexander Pechersky. Los planes para escapar se dividieron en fases: preparación de los equipos de asalto, eliminación silenciosa de los guardias, movilización de todos los presos para la revuelta y la huida masiva.

El día señalado para el alzamiento fue el 14 de octubre de 1943. La huida se convirtió en una carrera hacia las puertas y alambradas. Muchos que lograron saltar las alambradas, quedaron dentro del campo de minas y murieron. Aproximadamente 300 judíos lograron escapar (de los 800 judíos que debía haber); muchos murieron durante los combates, y el resto fue recluido nuevamente en el campo. Rápidamente, las unidades militares de la zona comenzaron a registrar los bosques alrededor de Sobibor y a cazar a los huidos.

El alzamiento en Sobibor fue una de las páginas más heroicas de la historia del Holocausto. Como resultado de dicho alzamiento, el campo fue clausurado. Pero tuvo otras consecuencias trágicas. Sobibor fue citado como ejemplo del peligro que se corría y, por tanto, se decidió acelerar los planes para la liquidación de los campos de judíos en la zona de Lublin. El 3 de noviembre de 1943, con el nombre secreto de «Festival de la cosecha» (Erntefest) comenzó la liquidación de esos centros de exterminio: 10.000 judíos fueron asesinados en Trawniki, 18.000 en Majdanek, y 15.000 más en otros campos. En total, 43.000 muertos en 6 días.

En total, en las cámaras de gas de Sobibor fueron asesinados unos 260.000 judíos. Sólo 47 presos sobrevivieron a la revuelta del campo de Sobibor.

Junto al aparcamiento está el museo de Sobibor. No hay mucho que ver en él: algún resto de alambrada, unas pocas imágenes, algunos objetos y algo de información sobre la revuelta del campo. Precisamente en la conmemoración del 50º aniversario de la revuelta en el campo, se instalaron a la entrada unas placas (en inglés, polaco, holandés y alemán), que indican dicen así: «En este lugar, entre los años 1942 y 1943, existió un campo de la muerte nazi, donde fueron asesinados 250.000 judíos y 1.000 polacos. El 14 de octubre de 1943, durante la revuelta de prisioneros judíos, los nazis fueron superados y muchos cientos de prisioneros escaparon a la libertad. Después de la revuelta el campo dejó de funcionar«.

Todo el campo está plagado de árboles,  plantados después del desmantelamiento del campo. Los dos principales monumentos se encuentran en la zona donde estuvieron las cámaras de gas. El primero es un bloque de piedra que representa la estructura y sistema del proceso de asesinato, y el segundo es una estatua que representa a una mujer angustiada mirando hacia el cielo; bajo su brazo izquierdo está la cara de un niño.

Un poco más allá se llega a un pequeño claro con un montículo, en el que están las cenizas y huesos de miles de personas que murieron en el campo. Rodeando la base del montículo hay un muro de piedra que tiene una zona de cristal que contiene algunas cenizas y huesos. Éste es uno de los momentos más emotivos.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/c016u30ky4dwqkg/AABcFh0U0VHlO09QFVVqzessa?dl=0


Visita al campo de concentración de Sachsenhausen

Este campo de concentración está ubicado al Norte de Berlín, cerca de la población de Oranienburg, y fue construido inicialmente para «reeducar» a opositores políticos, judíos, gitanos y homosexuales. Más tarde también se incluyeron prisioneros de guerra y Testigos de Jehová. Los que de allí salían vivos… pocas ganas tenían de hablar de su experiencia en el campo.

En el exterior hay una gran maqueta de metal que permite hacerse una idea de la dimensión real del mismo (pues hoy en día sólo es visitable una pequeña porción, concretamente la parte triangular). Sachsenhausen_124

Sachsenhausen comenzó a funcionar el 12 de julio de 1936, y aunque al principio eran opositores los que allí iban a parar, desde 1938 empezaron a llegar miles de judíos, más tarde polacos y, desde 1941, militares soviéticos.

Además del campo de forma triangular, con barracas situadas en forma de radios de una semirueda (con el fin de que la ametralladora en lo alto de la Torre de la entrada principal pudiera alcanzar a cualquier preso), en un extremo está el llamado «campo ruso», donde las condiciones de vida eran aún más infrahumanas. Más de 18.000 prisioneros soviéticos fueron fusilados.

Una parte del campo que ha estado durante años reformándose, pero que por fin ha quedado abierta al público, es la Estación Z, que impresiona por ser el lugar en el que eran fusilados los prisioneros, un paredón a base de troncos de madera. Cabe destacar que todas las instalaciones de gas y los crematorios estaban en perfecto estado cuando los soviéticos liberaron el campo, pero años más tarde, inexplicablemente, fueron ellos quienes decidieron volarlos con explosivos. En la actualidad, los restos están protegidos bajo una gran cubierta.

Cerca de la entrada al campo, existe un tenebroso pabellón al que iban a parar los cadáveres y los desafortunados prisioneros a quienes se les practicaban experimentos hasta su muerte. Aún se conservan las salas de disección casi en perfecto estado, así como la sala de refrigeración de cuerpos.

Los castigos en Sachsenhausen eran especialmente duros: existía el llamado «saludo de Sachsenhausen», que consistía en mantener durante horas los brazos extendidos al frente, estando en cuclillas. Alrededor del patio, en todo su perímetro, aún está la pista de marcha por donde un grupo de prisioneros (conocido como «el batallón de los patinadores») tenía que andar a paso ligero entre 25 y 40 kilómetros diarios sobre una variedad de superficies diferentes, para probar la resistencia del calzado militar.

Se ha reconstruido un ala del pabellón de celdas de castigo (aislado del resto del campo). Allí destacan 3 postes de castigo en los que algunos prisioneros eran suspendidos de sus muñecas atadas a la espalda, hasta su muerte por asfixia.

En caso de intento de fuga, se ahorcaba al prisionero en la Appellplatz (plaza central de recuento de prisioneros). La horca se conserva en el museo y estaba anclada en los 2 agujeros que hay en el pequeño monumento con flores frente a la puerta de entrada.

Por experiencia propia, recomiendo no hacer uso de guías personales en ninguno de los campos. Pero en éste, en concreto, aún menos. Puedes tener la desgracia (como fue mi caso) de que la guía confunda Sachsenhausen con Auschwitz. Aconsejo entrar en todos los pabellones y bajar a los sótanos, porque es posible encontrar dibujos espectaculares realizados por los prisioneros de la cocina. Sí recomiendo el uso de audioguías (suelen pedir una pequeña fianza).

Algo curioso que ocurrió en este campo, y que fue el argumento para la película «Los falsificadores«, fue el uso de mano de obra judía para realizar falsificaciones monetarias de libras esterlinas (tratando de desestabilizar el sistema financiero de los aliados). Para ello, los nazis eligieron a famosos falsificadores, expertos en fotografía, dibujo e imagen. Aproximadamente un grupo de 140 prisioneros judíos fueron seleccionados para llevar a cabo estas operaciones y disfrutaron de algunas comodidades que el resto de prisioneros no tenía. A pesar de que era casi imposible crear réplicas de un billete, consiguieron hasta el más mínimo detalle de los billetes de libras esterlinas, y estuvieron a punto de lanzarse a por los dólares. Todo el mundo consideraba auténticos estos billetes, y por tanto circularon como si fueran dinero real.

Los archivos del campo registraron la entrada de 140.000 prisioneros durante el tiempo que estuvo en funcionamiento y quedó registrada la muerte o ejecución de unas 30.000 prisioneros, pero a esta cifra falta añadir los miles de prisioneros de guerra fusilados apenas llegaban al campo.

A Sachsenhausen fueron a parar varios cientos de republicanos españoles, entre los que destacó Francisco Largo Caballero (Presidente del Gobierno de España durante 1936 y 1937).

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/t6t2u6ulrslo6u2/AAB0a23Eofh9p4oDyxxthJ8Sa?dl=0


Visita al campo de exterminio de Treblinka II

En enero de 1942, tuvo lugar la Conferencia de Wannsee, cuyo propósito fue organizar la “Solución Final del problema Judío”. Ese mismo año, con el nombre secreto de “Operación Reinhard”, fueron construidos 3 campos de exterminio: Belzec, Sobibor y Treblinka. De este modo dio comienzo un programa de exterminio que no finalizó hasta que la población judía de Polonia fue prácticamente aniquilada.

Se trataba de instalaciones secretas, y las autoridades alemanas se referían a ellas como “campos de tránsito”. Con el fin de no dejar ni huella, antes de la llegada de los aliados fueron completamente desmantelados. Lejos del circuito turístico habitual, Treblinka se encuentra a unos 80 km al noreste de Varsovia, a lo largo de la línea férrea entre Varsovia y Bialystok.Treblinka_063

En 1941, las SS crearon un campo de trabajo forzoso para judíos polacos procedentes principalmente del distrito de Varsovia (conocido como Treblinka I), para la explotación de una cantera. Más de 20.000 personas pasaron por este campo y más de la mitad murió de hambre, torturas o fusilamiento. El campo fue desmantelado en julio de 1944, cuando el Ejército soviético se acercaba. Este campo dista apenas 2 kms. del campo de exterminio y está perfectamente señalizado el camino que lleva a él.

Desde mayo a julio de 1942, el SS Odilo Globocnik se encargó de la construcción del campo de exterminio Treblinka II en una zona boscosa y poco poblada situada a 4 kms. del pueblo de Treblinka y de la estación de tren. Las operaciones de asesinato masivo comenzaron el 23 de julio de 1942.

Lo aprendido durante la construcción de Belzec y Sobibor permitió ganar en experiencia y, de este modo, Treblinka se convirtió en el campo de extermino más perfecto de la “Operación Reinhard”. La zona de exterminio estaba totalmente separada del resto del campo por su propia alambrada. La cámara de gas estaba situada en un edificio enorme de ladrillo, que simulaba una Sinagoga, en el centro de esta zona. El pasillo curvo, formado por alambradas y altas ramas, que llevaba a la zona de exterminio (llamado irónicamente por los SS “Camino al Cielo”), fue una idea ya puesta en marcha en Belzec y Sobibor.

Al principio hubo en funcionamiento 3 cámaras de gas, dotadas de motores diesel que producían monóxido de carbono (se maneja la hipótesis de que se tratara de motores de tanques soviéticos arrebatados al enemigo). Las 10 estancias simulaban una zona de duchas; pero en realidad, las tuberías introducían el gas. La muerte era muy lenta. Cuando se abrían las puertas laterales a ambos lados del edificio, varios supervivientes comentaron que los cuerpos estaban tan enredados entre sí que era imposible separarles, y que, en su suplicio, habían escalado unos sobre otros, aplastándose padres contra hijos, tratando de respirar las últimas bocanadas de oxígeno). A un lado de este edificio estaban las grandes fosas en las que otros presos debían arrojar los cuerpos.

El procedimiento era siempre el mismo: el transporte se desviaba desde la estación de Treblinka hasta el campo de exterminio. Los deportados eran sacados de los vagones y llevados a través de una puerta hasta un rectángulo de alambradas del campo. En la puerta se procedía a la separación: los hombres a la derecha, y las mujeres y niños a la izquierda. Un gran cartel, escrito en polaco y alemán, señalaba:

¡Atención, judíos de Varsovia! Están en un campo de tránsito desde donde continuarán hacia campos de trabajo. Para evitar epidemias, su ropa y piezas de equipaje deberán ser entregadas para su desinfección. El oro, dinero, divisas y joyas deben ser depositados en Caja y se les entregará un recibo. Serán devueltas posteriormente, al presentar dicho recibo. Por temas de higiene, todos los recién llegados deberán bañarse, antes de continuar el viaje”.

El procedimiento para desnudarse y la forma en que las víctimas eran transportadas a las cámaras de gas eran casi idénticas a las descritas en el campo de Sobibor.

El personal de Treblinka estaba formado por tan sólo unos 40 oficiales de las SS y 150 guardias ucranianos. Se utilizó a presos judíos en los denominados Sonderkommandos (unidades especiales); cuando estos trabajadores estaban demasiado débiles, eran eliminados y reemplazados por presos más jóvenes. El trabajo de estas unidades incluía la extracción de piezas dentales de oro de los asesinados.

La descomposición de los cadáveres enterrados en las grandes zanjas abiertas al lado de la cámara de gas, supuso una imagen dantesca: el suelo se levantaba y parecía abrirse literalmente, siendo el hedor insoportable. Por ello, se organizó la exhumación e incineración de aproximadamente 800.000 cadáveres en los alrededores del campo. Existen documentos gráficos que muestran excavadoras realizando estos trabajos. Los Sonderkommandos eran obligados a transportar los cuerpos a las fosas comunes y, posteriormente, a exhumar y quemar estos cuerpos en gigantescas piras.

Durante la revuelta del 2 de agosto, planeada por el último Sonderkommando (temeroso de su inmediata eliminación al comprobar que dejaban de llegar trenes con la frecuencia habitual), algunos oficiales de las SS y guardias ucranianos fueron asesinados. 800 valientes presos judíos entregaron su vida y más de 200 presos consiguieron huir, aunque la mayoría fueron cazados en los bosques cercanos. Aproximadamente unos 70 sobrevivieron la II Guerra Mundial y muy pocos pudieron dar fe de los sucedido.

Todos los edificios fueron arrasados, la tierra removida y plantada con árboles, y se construyó una casa de campo que se entregó a una familia de campesinos ucranianos. Todo rastro de lo que allí había pasado fue eliminado.

No se puede establecer el número exacto de personas que fueron asesinadas, porque sólo se dispone de una parte de los documentos, especialmente lo referente a los transportes por ferrocarril. Pero se estima que entre 800.000 y 900.000 judíos fueron asesinados en el campo de exterminio de Treblinka.

Durante la «Operación Reinhard» (entre marzo de 1942 y noviembre de 1943), se calcula que aproximadamente 1.700.000 judíos fueron exterminados en los campos de Belzec, Sobibor y Treblinka.

En la actualidad, un visitante que no conozca la historia del campo podrá llevarse la impresión de que «allí no hay nada». Han situado unas traviesas de piedra a modo de vía de tren para simular la llegada al campo, y es posible sentir cómo el corazón se te congela cuando, tras caminar por lo que en su momento fue el «Camino al Cielo», uno se detiene frente al enorme mausoleo de piedra (situado en el lugar que fue cámara de gas). Caminar en silencio entre los hitos de piedra (que llevan grabados los nombres de las poblaciones judías que fueron aniquiladas) es caminar sobre las cenizas de miles de almas.

Digno museo a la entrada del campo (con una valiosa maqueta, a la que merece la pena dedicarle un buen tiempo). Imprescindible su visita para hacerse una idea de la ubicación geográfica del mismo.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/siwdm5fhhdsmsj9/AABrpQ5j7kRrrWiB6Ve54hmVa?dl=0


Visita al campo de concentración de Buchenwald

Buchenwald se inauguró en 1937. Cerca de la población de Weimar, al principio se trataba de un campo destinado únicamente a prisioneros políticos. Pero la ampliación para judíos se produjo en 1938, tras la «noche de los cristales rotos«.

Antes de finalizar la II Guerra Mundial había unos 100.000 prisioneros judíos, y es a partir del 6 de abril de 1945 cuando los oficiales dieron la orden de enviar a la mayoría de ellos a las conocidas como «caminatas de la muerte». Cuatro días después, el 11 de abril, fueron los americanos quienes entraron en el campo de concentración, poniendo así fin al horror padecido por las víctimas que habían quedado.IMG_8540

En total, pasaron 240.000 prisioneros por las puertas de Buchenwald y se estima que más de 50.000 murieron, 10.000 de ellos, judíos.

Este campo fue desgraciadamente famoso por los experimentos pseudocientíficos que se realizaron en él, utilizando a los prisioneros como sujetos de prueba. Algunos de esos experimentos fueron pruebas médicas en las que se ensayaban vacunas contra la fiebre tifoidea, el cólera y la difteria. Uno de los médicos de Buchenwald llegó a afirmar haber creado una vacuna contra la homosexualidad mediante un trasplante de hormonas.

El primer comandante del campo fue Karl Otto Koch. Pero más conocida fue su mujer, Ilse Koch, llamada la «perra de Buchenwald» por su crueldad y brutalidad en el trato de los presos (coleccionaba la piel tatuada disecada de los cadáveres de los prisioneros, con la que fabricaban pisapapeles y lámparas).

Cuando visité el campo de Buchenwald reconozco que tuve en mente a un personaje español: Jorge Semprún, republicano que lucho en la Resistencia y que fue capturado, torturado y hecho prisionero en este campo. Escritor (e incluso Ministro de Cultura de España), algunas de sus obras son muy conocidas.

Cuando uno llega a Weimar y se encamina hacia el campo, resulta difícil creer que, en un lugar tan bello, pudiera alguna vez ser compatible con el dolor y el sufrimiento.

Al llegar al campo, se aparca en la zona de los antiguos pabellones de la SS. En uno de ellos está la Recepción, donde se puede conseguir una guía. Todo el campo está debidamente marcado e identificado, para que el visitante pueda sentirse guiado en todo momento.

En las fotos se pueden ver la estación de gasolina de la SS, el cuarto de disección de cadáveres, las urnas crematorias, los hornos y el ascensor de subida de cadáveres, los ganchos en la pared en la que colgaban hasta la muerte a los prisioneros, el falso medidor de altura (en realidad se utilizaba para pegar un tiro en la nuca al prisionero), los restos del tronco del centenario roble de Goethe, diferentes objetos de los prisioneros, instrumentos de tortura, el parque zoológico para la SS (con su osera aún en buen estado), las celdas de castigo y, por último, la perrera de la SS (los más fieros perros eran lanzados contra los gitanos que se negaban a ser castrados).

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/0sihlznjxkvlsg8/6T45U6bqvp


Visita a la escuela Bullenhuser Damm

Coordenadas en el GPS:   53º 32′ 31″ N      10º 2′ 53″ E

Si no fuera por las coordenadas del GPS, la escuela Bullenhuser Damm no sería nada fácil de encontrar. Escondida entre grandes árboles, quien quiera visitarla debe saber que se encuentra en el barrio de Rothenburgsort (Hamburgo) y tener en cuenta que la entrada está escondida (no se accede por la puerta principal, sino por una puerta trasera en la que un amable portero hace vigilancia).Bullenhuser_Damm_013

En la II Guerra Mundial, los ataques aéreos aliados lograron destruir gran parte de Hamburgo, aunque el edificio de la escuela fue dañado muy ligeramente. Pero como todo a su alrededor fue arrasado, en 1943 dejó de tener sentido como escuela. Es en octubre de 1944 cuando se decide la creación de un subcampo perteneciente al campo de concentración de Neuengamme y se instalan a los presos que se encargaban de la retirada de escombros tras los ataques aéreos.

La escuela Bullenhuser Damm fue evacuada el 11 de abril de 1945, quedándose en ella, para cuidarla, 2 hombres de las SS (Johann Frahm y Ewald Jauch) y el portero Wilhelm Wede .

En la terrible noche del 20 de abril de 1945, 20 niños judíos que habían sido utilizados en experimentos médicos en Neuengamme, 2 cuidadores holandeses, 2 médicos franceses y 6 prisioneros soviéticos fueron llevados en camiones a la escuela y asesinados en el sótano. Iban acompañados de 3 SS (Wilhelm Dreimann, Adolf Speck y Heinrich Wiehagen), así como del conductor del camión (Hans Friedrich Petersen) y del médico SS (Alfred Trzebinski).

A todos ellos (niños y mayores) se les dijo que estaban siendo llevados a Theresienstadt . Sin embargo, al llegar a la escuela fueron conducidos al sótano. De acuerdo con la versión de uno de los SS presentes, «los niños se sentaron en los bancos y estaban alegres y felices porque, por primera vez, les habían permitido salir de Neuengamme. Los niños estaban completamente desprevenidos.»

Fueron obligaron a desnudarse y, a los niños, el médico Trzebinski les inyectó morfina. Algunos seguían vivos, por lo que fueron llevados a la zona adyacente y colgados en ganchos que estaban fijados a la pared. La ejecución fue supervisada por el SS Arnold Strippel. Al primer niño la soga no le apretaba, por lo que el SS Frahm lo agarró y tiró con su propio peso hacia abajo hasta apretar el nudo, ahogándole. Los adultos fueron colgados de las tuberías del techo (se pueden ver aún claramente en las fotografías). Se les obligó a subir a una caja, que era retirada de un golpe seco y quedaban pendidos de las horcas.

Unas horas más tarde, otros prisioneros de guerra soviéticos (que también habían sido utilizados en los experimentos) fueron llevados a la escuela para ser asesinados. Algunos lograron escapar, pero 18 de ellos fueron asesinados.

Todo el sótano ha sido pintado de un color blanco impoluto, y han situado 20 piedras doradas en el suelo, a modo de recuerdo de los 20 niños judíos.

Todas las fotografías de mi visita al sótano de la Escuela están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/gsaqmc3c7kzcchs/9RcXLB9266


Visita a la Villa de la Conferencia de Wannsee

El 20 de enero de 1942, 15 dirigentes del gobierno alemán y miembros de alto rango del partido nacionalsocialista acudieron a una importante reunión.

Para ello, se eligió un palacete situado en un rico barrio a las afueras de Berlín, con vistas al precioso lago de Wannsee.Conferencia_Wannsee_022

Reinhard Heydrich, segundo en el mando después del jefe de las SS, Heinrich Himmler, dirigió la reunión cuyo objetivo era debatir la llamada «Solución final al problema judío en Europa» con dirigentes del gobierno que no pertenecían a las SS, entre quienes estaban los secretarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y Justicia, cuya cooperación era imprescindible.

La «Solución final» fue el nombre en código que escogieron los nazis para llevar a cabo el exterminio, deliberado y cuidadosamente planificado, de todos los judíos de Europa. Esta terminología ambigua permitía ocultar al mundo entero su política de asesinatos en masa. En realidad, los allí reunido hablaron sobre métodos de aniquilación, sobre liquidación, sobre exterminio.

La Conferencia de Wannsee no marcó el comienzo de la «Solución final», puesto que los equipos móviles de matanza (Einsatzgruppen) ya estaban liquidando brutalmente a los judíos de Polonia y de la Unión Soviética ocupada. Fue la justificación «legal» del proceso de aniquilación del pueblo judío.

La Conferencia fue el lugar donde la «Solución final» fue revelada formalmente a los líderes no pertenecientes al nacionalsocialismo y que ayudarían a organizar las operaciones necesarias para que los judíos de toda la Europa bajo ocupación alemana fueran deportados a los campos de exterminio.

Ni una sola de las personas allí reunidas presentó objeción alguna. Sobrevivió únicamente el acta nº 16 (de las 30 que se imprimieron) y fue utilizada en los Procesos de Nuremberg como prueba determinante. Adolf Eichmann fue el encargado de la redacción del acta.

Todas las fotografías de mi visita a la Villa de Wannsee están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/vy9hwwp4rgozbny/C-T_kLb3On


Visita al campo de concentración de Bergen-Belsen

Si está usted planeando una visita al campo y lo que espera encontrar son restos de barracones, la cámara de gas, etc… olvídese por completo de ello. Pero lo que sí le impresionará será la cantidad de restos encontrados, y que son mostrados al visitante en un museo adjunto. Crucifijos, rosarios, dentaduras… uno se queda impactado ante todo aquello. IMG_8575

Bergen-Belsen es un enorme campo abierto, en el que sobresalen algunos montículos o mesetas horizontales, perfectamente formados, de una altura media de 1,60 metros. Estas formaciones, que aparentan no decir nada al visitante, en realidad contienen mucha Historia: la de los miles de personas que allí están enterrados en fosas comunes, sin identificación alguna.

Originalmente, la Wehrmacht convirtió Bergen-Belsen en un campo de prisioneros de guerra (franceses y belgas) que recibió el nombre de Stalag XI C. En 1941 fue ampliado considerablemente para acoger a miles de prisioneros de guerra de la Unión Soviética. Y es a partir de 1943 cuando la SS se hace cargo del campo, convirtiéndolo en un campo de concentración para judíos.

Desde 1944 se utilizó para alojar temporalmente a los judíos procedentes de Bélgica, Holanda y Dinamarca, la gran mayoría en tránsito hacia los campos de exterminio de Polonia (planificados dentro de la llamada «Solución final»).

Las imágenes grabadas durante la liberación de este campo por las tropas inglesas (el 15 de abril de 1945) muestran el terrible estado en el que se encontraban sus prisioneros, así como las inhumanas condiciones del campo. Las causas de la enorme mortalidad fueron el hacinamiento, agravado con el traslado a Bergen-Belsen de los prisioneros evacuados de otros campos (en las conocidas como «marchas de la muerte»), el hambre, el frío y las enfermedades, principalmente una terrible epidemia de tifus.

Apenas unas semanas antes de la liberación del campo, Anna Frank y su hermana Margot, murieron muy probablemente por el tifus. Quien no haya leído su Diario y visitado la famosa «casa de atrás» en Amsterdam… tiene dos deudas pendientes con la Historia. Una lápida de mármol negro simula el lugar donde podrían estar enterradas ambas hermanas.

Se sabe que había una media de 100.000 prisioneros en el campo, pero se desconoce el número de víctimas mortales (que podría rondar entre las 30.000 y 50.000 personas).

Uno de sus Comandantes fue el salvaje Josef Kramer (en los últimos meses), y con apenas 290 miembros de la SS eran capaces de gestionar todo el campo. Aquí se hicieron famosas las guardias femeninas Irma Grese, Hildegard Kanbach, Magdalene Kessel… y tantas otras. Fueron llevadas a juicio al final de la guerra por crímenes contra la Humanidad. Desgraciadamente algunas de ellas consiguieron escapar del peso de la Justicia. El resto fue ejecutado en la población de Hamelín (en Alemania).

Hoy apenas son reconocibles los cimientos de algún barracón y algún conducto de los sanitarios. Para reconocer los límites del campo, han situado en el suelo una fila de piedras a lo largo de lo que, en otro tiempo, estuvo la alambrada exterior.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/gj62vbbmfql9bik/daNXWfKjah


Visita al campo de concentración de Mauthausen

No es mi intención hacer una descripción de uno de los campos de concentración más conocidos. Sólo quiero dejar constancia de mis sentimientos, porque éstos no están recogidos en ningún libro o manual. No voy a hablar de prisioneros, ni de guardianes.Mauthausen_002

A la estación de tren de Mauthausen se accede con cierta facilidad, aunque conviene estar atento al transbordo. Desde allí, se toma un autobús que te deja relativamente cerca, siempre y cuando al conductor le hayas caído bien y te avise a tiempo. Desde la estación de autobús, aún queda un largo recorrido, en su mayoría ascendente.

No son pocas las indicaciones que señalan el camino a “K.L. Mauthausen”, pero uno camina con cierta inseguridad, porque no te cruzas con alguien a quien poder preguntar. Los turistas llegan en autobuses. Sobre todo, grupos de escolares que llegan como si se tratase de una visita al Museo del Prado.

En algunos testimonios que he leído, los presos recordaban la eterna subida hasta el campo desde la estación de tren. Puedo imaginármelo. O quizá no. Sólo sé que yo, descansado, con buen calzado y sobrealimentado, llegué con la lengua fuera. Era un día de diciembre de 2010. La nieve cubría todo el campo. Sólo había pasado la máquina quitanieves para facilitar el acceso a los autobuses.

La entrada a la zona de garajes es la más conocida del campo: es de ahí de donde descolgaron el famoso águila con la esvástica que presidía la entrada. Ahora sólo quedan unos hierros solitarios. Caminar en solitario por ese patio es una experiencia difícil de explicar. Ahí fueron tomadas aquellas famosas fotografías con todos los prisioneros desnudos, esperando la desinfección del campo para evitar el tifus. Todo aquello merece un respeto y me da la sensación de estar andando entre miles de almas que aún están allí, invisibles. Allí trabajaban los presos del comando que, sin querer, ayudaron a escapar al preso Hans (ver entrada acerca del libro titulado “El ahorcamiento“).

Recorrido todo el patio, se llega a una escalera que accede a la zona de barracones de la S.S., de los cuales sólo queda en pie uno de ello, el que fue construido de piedra. Los demás, de madera, ya no están. Ahí trabajaba aquel S.S. al que los españoles apodaban “El remolacha“. Ahora, todos los Memoriales de los diferentes países, incluido el monumento a los republicanos españoles, están dispersos por esa zona, como respetándose unos a otros.Mauthausen_087

Y es en ese lugar donde está la entrada principal del campo, aquélla en la que se fotografiaron los americanos en un tanque delante de una gran pancarta escrita por los sobrevivientes españoles dándoles la bienvenida. Tan sólo quedan unos pocos barracones en pie (con sus típicos colores verde y blanco); entre ellos el burdel, la enorme “appelplatz” (plaza central en la que se realizaban los durísimos recuentos de prisioneros) y los barracones más siniestros (con la cámara de gas, los hornos crematorios, la chimenea, la sala de conservación de cadáveres, …).

Uno de esos barracones está en obras. Uno de los lectores de mi blog me comenta que han debido abrir al público una nueva exposición. No puedo describir el disgusto que me supuso ver cómo los albañiles hablaban con toda naturalidad, allí, donde miles de personas fueron hechas cenizas. El más profundo y sentido de los silencios sería, aún, insuficiente.

En un extremo de la plaza central está el famoso rodillo que los presos debían pasar por el empedrado de la plaza.

De ahí, dejé el campo retrocediendo sobre mis pasos y bajé a la carretera. La nieve impedía el acceso a la rampa que une el campo con la famosa escalera de la muerte. Sin embargo, no sabía cuándo volvería a Mauthausen y necesitaba ver la cantera. Así que desanduve todo el camino hacia lo que, supuse, era una de las entradas a la zona maldita de la cantera. Me quedé sin aliento. De repente estaba allí. Solo. Completamente solo.

Si el Infierno está en la tierra… sin duda, el infierno es Mauthausen. En una probeta, me llevé un poco de musgo de una gran piedra situada al comienzo de la escalera. Desde ahí pude ver claramente el muro desde el que lanzaban a algunos presos, llamándoles “paracaidistas“. Ha sido la visita más sobrecogedora de las que, hasta ahora, he vivido.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/c3va31c9u5m3ky7/3HnE3ZHCDc


Visita al campo de exterminio de Majdanek

Este impresionante campo se llamó inicialmente «Konzentrationslager Lublin» (Campo de concentración de Lublin) y está situado a tan sólo 4 kms de la ciudad polaca de Lublin.

Afortunadamente, los nazis no tuvieron tiempo de destruirlo y se conserva en bastante buen estado.

Majdanek_020Curiosamente, sorprende comprobar que el campo es perfectamente visible desde la población de Lublin. Al contrario que otros campos de concentración nazis, que se hallaban ocultos en bosques o situados en lugares muy remotos, el campo de Majdanek quedaba a la vista de la población civil.

Fue creado en octubre de 1941 para recibir a los prisioneros de guerra polacos. En su comienzo, Majdanek albergaba aproximadamente 50.000 prisioneros, siendo ampliado en 1942 para una capacidad de hasta 250.000. Los prisioneros fueron dedicados a trabajar como esclavos en la producción de munición y fabricación de armas.

Desde abril de 1942 hasta su liberación (24 de julio de 1944), el campo de concentración fue transformado en campo de exterminio. Se conservan en muy buen estado las cámaras de gas y los hornos crematorios. Fue uno de los campos donde se utilizó el gas Zyklon B. Como se puede apreciar en algunas fotografías, el techo y las paredes de las cámaras de gas aún conservan el color azulado del gas. Escalofriante.

Todavía es posible ver grupos de especialistas trabajando en la separación del calzado encontrado en cientos de bolsas. Esto permitirá hacerse un a idea del número de personas exterminadas en el campo.

Cuando el campo fue evacuado, el Ejército Rojo soviético se encontró con algunos miles de reclusos en lamentables condiciones y unas instalaciones en buen estado, lo que convirtió a Majdanek en el campo mejor preservado de toda la Shoah.

Debido a la falta de registros en Majdanek, el número de muertos ha sido más difícil de calcular que en otros campos de exterminio. Los soviéticos inicialmente estimaron el número de muertes en unas 400.000 víctimas judías y aproximadamente 1.500.000 víctimas de distintas nacionalidades. Para llegar a estas cifras estimaron la capacidad de los crematorios.

Sin embargo, otras fuentes (incluyendo el Museo Majdanek) estiman en 80.000 las víctimas judías y otras 200.000 las víctimas no judías. Evidentemente, las diferencias no ayudan a dar una sensación de seriedad en los estudios.

No olvidaré nunca el momento en que me asomé a la inmensa montaña de cenizas y pude comprobar que, junto a ellas, también son visibles miles de pequeños huesecillos humanos. Muy pocas personas saben que, junto a este inmenso monumento (con forma de platillo volador), se encuentran las zanjas en las que fueron fusilados 18.000 judíos. Se pueden apreciar los desniveles en las fotografías.

La Dirección de la SS en Berlín, nerviosa por la resistencia judía durante las deportaciones y por las sublevaciones en Treblinka y Sobibor, en agosto y octubre de 1943, decidió matar a todos los judíos que quedaban en el distrito de Lublin, incluidos los prisioneros de Majdanek.

El 3 de noviembre de 1943, en la Operación «Erntefest» (Festival de la Cosecha), unidades especiales de las SS enviadas a Lublin, fusilaron a 18.000 judíos en las afueras del campo. Durante la operación, se puso música en altavoces por todo el campo para ahogar el ruido del asesinato masivo. Esta masacre en Majdanek fue, por la cantidad de víctimas, la matanza más grande ejecutada en un solo día.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/vwjboo2g92ata6c/prCUODShtZ


Visita a los restos del muro del ghetto de Varsovia

El ghetto de Varsovia fue el más grande de todos los ghettos judíos de la Europa ocupada por los nazis.

Algunos restos del muro fueron, desgraciadamente, integrados como parte de las estructuras de algunos edificios construidos tras la devastadora destrucción de la II Guerra Mundial.Muro Ghetto Varsovia_036

Existe un trozo de muro relativamente grande y en buen estado de conservación. Emociona estar de pie frente a él. Se encuentra dentro del patio de un bloque de viviendas. Ningún rótulo indica que allí se encuentra esa importante parte de la Historia de Varsovia. Tuve que preguntar a varios vecinos que se encontraban sentados a la entrada del jardín para llegar hasta él.

Tuve la suerte de visitar los restos del muro justo entre las visitas de 2 grupos de estudiantes judíos (de los que habitualmente son trasladados por Polonia en autobuses, bajo fuertes medidas de seguridad).  Es habitual, allí y en otros lugares de la Shoah, encontrarse con agentes vestidos de civil. En Polonia sigue existiendo un cierto antisemitismo.

El receloso agente que se encargaba de la vigilancia antes de la llegada del autobús, fue muy amable conmigo (me reconoció por haber coincidido con estos grupos en el campo de exterminio de Treblinka) y me dirigió hacia los restos del muro.

Algún ladrillo del muro ha sido retirado y se expone en el Museo del Holocausto (localizado en Washington).

Todas las fotografías de mi visita a los restos del muro del ghetto de Varsovia están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/ithju5mmsbao5ec/l40ALEyijR


Visita al campo de concentración de Plaszów

El campo de Płaszów está situado al sur de Cracovia, y fue concebido originalmente como un campo de trabajos forzados. Su construcción comenzó en el verano de 1942 sobre el terreno ocupado por dos cementerios judíos. En 1943 el campo fue ampliado y se convirtió en un campo de concentración con la llegada de los judíos deportados del Ghetto de Cracovia.

El 13 de marzo de 1943, el Comandante Amon Göth supervisó personalmente la liquidación del Ghetto, forzando a los judíos que se consideraban útiles a ser trasladados al campo. Los declarados no-útiles fueron asesinados en ese mismo momento. Göth controlaba a un equipo de SS ucranianos, así como a unos 600 alemanes de la SS-Totenkopfverbände (división de las SS encargada de los campos de concentración y exterminio), y era conocido por su sadismo y crueldad.Plaszow_010

El campo era un lugar destinado al trabajo esclavo y se utilizó como fuente de mano de obra barata para fábricas próximas y para una cantera de piedra. La mortalidad en Płaszów era muy elevada. Muchos prisioneros murieron de tifus y de hambre. Aunque este campo de concentración fue especialmente conocido por el gran número de asesinatos, tanto de forma individual como masiva.

Toda la documentación acerca de los asesinatos masivos y ejecuciones fueron confiados por Göth a la alta oficial de las SS Kommandoführerin Alice Orlowski, quien mantuvo los documentos en su poder hasta el final de la guerra, momento en el que procedió a su destrucción. Orlowski fue especialmente conocida por sus crueles latigazos a mujeres. A la hora del recuento avanzaba entre las filas de mujeres, propinándoles latigazos personalmente.

En enero de 1945, los internos que aún permanecían en el campo, así como el personal encargado de las instalaciones, las abandonaron en una marcha de la muerte hacia el campo de exterminio de Auschwitz. Muchos de los que sobrevivieron a la marcha fueron asesinados a su llegada. Cuando los nazis se dieron cuenta de que las tropas del Ejército Rojo soviético estaban cerca de Cracovia, lo desmantelaron por completo, dejando un campo absolutamente vacío en el lugar que ocupaba anteriormente.

Los cuerpos que habían sido enterrados en fosas comunes fueron exhumados e incinerados allí. Las tropas soviéticas llegaron al lugar donde se había levantado Płaszów el 20 de enero de 1945, encontrándolo completamente vacío.

El área en el que se encontraba Płaszów cuenta en la actualidad con una serie de colinas con escasa vegetación y un gran memorial en honor a las víctimas (en uno de sus extremos), con una pequeña placa que recuerda que allí se encontraba este campo de concentración.

Buena parte de la trama de la película «La Lista de Schindler» (dirigida en 1993 por Steven Spielberg) se desarrolla en el campo de Plaszów.

Es un campo muy complicado de localizar, prácticamente no queda nada visible. Impresiona toparse con los restos de la Sinagoga y las lápidas mientras uno camina entre malezas y matorrales bajos. Aún sigue en pie la casa en cuyo sótano se encontraban las celdas de castigo de la SS, así como la casa del Comandante (actualmente a la venta).

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/01c2hi14o9nx24d/2rjQfdrIRR


Visita al campo de exterminio de Bełżec

El campo de exterminio de Bełżec empezó a funcionar el 17 de marzo de 1942 con la finalidad de eliminar a los judíos que se encontraban en el Gobierno General de Polonia.

Se estima que fueron exterminados entre 500.000 y 600.000 judíos de las áreas de Galitzia, Cracovia y Lublin. Además, los nazis un número no determinado de polacos y gitanos fue aniquilado en el campo.Belzec_008

Sólo 2 judíos sobrevivieron a Bełżec: Se trataba de Rudolf Reder y Chaim Herszman. Esto explica que el nivel de conocimiento del campo sea tan bajo.

Al comienzo, había 3 cámaras de gas que utilizaban monóxido de carbono como método para asesinar a los prisioneros. No existían hornos crematorios, y los cadáveres debían enterrarse en grandes fosas, que se levantaban por los gases originados por la putrefacción. Como consecuencia de ello, el Comandante Wirth comenzó las operaciones para desenterrar y quemar los cuerpos.

Tres meses después, en junio de 1942, se detuvieron las operaciones de exterminio, con el fin de mejorar las instalaciones. El viejo edificio de madera con las 3 cámaras de gas fue desmantelado y se construyó un nuevo edificio con 6 cámaras de gas, con una capacidad para 2.000 personas. Se reiniciaron las operaciones de exterminio a finales de julio de 1942.

Las deportaciones en masa se detuvieron en diciembre de 1942 y en mayo de 2013 Bełżec fue el primer campo de la Operación Reinhard en ser desmantelado. La mayor parte del personal SS que había prestado servicio en Belzec fue transferida a los campos de Sobibor y Treblinka. 

El terreno del campo fue plantado con árboles y convertido en una granja. Acabada la II Guerra Mundial en 1945, gracias al testimonio del superviviente Rudolf Reder, se logró ubicar el terreno del antiguo campo de exterminio.

Hoy en día se levanta un monumento conmemorativo en homenaje a las víctimas del campo. Bełżec se sale fuera de la «ruta turística» habitual de los visitantes de campos, debido a la distancia y la dificultad que existe para encontrarlo. Impresiona el silencio existente en el lugar.

Todas las fotografías de mi visita al campo están disponibles en la siguiente carpeta:

https://www.dropbox.com/sh/03t2cpg6frpdzfq/7rfy9ssIKm


Visita a la estación de Radegast (Lodz)

La estación ferroviaria de Radegast está situada en la ciudad de Lodz (Polonia) y fue construida durante la II Guerra Mundial.

El Ghetto de Lodz fue el 2º más importante de toda Polonia, por sus dimensiones. Aún hoy, es posible ver muchos de sus edificios en pie, intactos, y son utilizados aún como viviendas u oficinas. 

La estación fue situada expresamente muy cerca del Ghetto, porque a ella llegaban los transportes con judíos procedentes del III Reich alemán, así como los gitanos de Austria, que eran acomodados dentro del Ghetto.

Desde este lugar, cerca de 150.000 judíos fueron enviados a la muerte, siendo deportados a los campos de exterminio de Chelmno y Auschwitz.

Desde el 16 de enero de 1942 hasta el 29 de agosto de 1944, la estación ferroviaria de Radegast tuvo el mismo significado que el Umschlagplatz para la ciudad de Varsovia: lugar de agrupamiento para el posterior envío a los campos.

Tras la guerra, la estación estuvo muy abandonada. En 2004, coincidiendo con el 60º aniversario de la destrucción del Ghetto de Lodz y la salida del último tren desde Radegast, la estación fue reconstruida tal y como era en su época.

Desde 2005, es posible encontrar un hermoso Memorial (un pasillo oscuro que va iluminándose a medida que uno camina por él), una locomotora y unos vagones originales (donados por Alemania), la antigua estación reconstruida y unas lápidas gigantes con los nombres de 2 campos de exterminio y 4 campos de concentración. Precisamente estas lápidas son la portada de una estupenda guía de viajes comentada en este blog recientemente: «The Holocaust sites of Europe» (23 de octubre de 2012).

Todas mis fotografías tomadas en la estación y en el Memorial están disponibles en:

https://www.dropbox.com/sh/q296go1rrjsh8lo/sPRbJevEz8


Visita a la casa de Corrie ten Boom

En 1837, Willem ten Boom abrió una relojería en Haarlem (al noroeste de Amsterdam). Como devotos cristianos, el hogar familiar, situado encima de la tienda, siempre tuvo las puertas abiertas para quien lo necesitara.

Durante la II Guerra Mundial, la familia Ten Boom convirtió su hogar en un refugio, un escondite para judíos y miembros de la Resistencia holandesa, perseguidos por los nazis.

Habitualmente había gente escondida en casa. Hasta 7 personas viviendo ilegalmente. Pero se añadían otros refugiados solo por unas horas o unos días, hasta que se les encontraba otra «casa segura». Corrie buscaba valientes familias holandesas que aceptaran refugiados. Consiguieron salvar la vida de unos 800 judíos.

El 28 de febrero de 1944, la familia de Casper fue traicionada y la Gestapo les tendió una trampa: durante todo un día vigilaron a cada persona que entraba. Esa misma tarde, más de 20 personas habían sido arrestadas. Casper, y sus hijas Corrie y Betsie fueron arrestados y llevados a prisión.

Aunque la Gestapo revisó la casa a fondo, no logró encontrar a los 4 judíos (dos hombres y dos mujeres), y a los dos miembros de la Resistencia holandesa que estaban escondidos detrás de una pared falsa en el dormitorio de Corrie. Aunque la casa permaneció bajo vigilancia, la Resistencia fue capaz de liberar a los refugiados dos días después (por la azotea). Las seis personas permanecieron inmóviles en el pequeño escondite, aun cuando no tenían agua y la comida era escasa.

Los cuatro judíos fueron llevados a «casas seguras» y tres sobrevivieron a la guerra. Como los nazis encontraron material clandestino, la familia Ten Boom fue llevada a prisión. Casper (de 84 años de edad) murió a los 10 días de llegar a la prisión de Scheveningen. Cuando le preguntaron a Casper si sabía que podría ser ejecutado por ayudar a los judíos, contestó que sería un honor dar su vida por el antiguo pueblo de Dios.

Corrie y Betsie pasaron 10 meses en tres diferentes prisiones. La última de ellas, el campo de concentración de Ravensbruck, al norte de Berlín. La vida en el campo era un infierno, pero Corrie y Betsie vivieron aquello compartiendo el amor de Jesús con sus compañeras de prisión. Cuatro miembros de la familia Ten Boom dieron su vida por el compromiso de su familia, y solo Corrie regresó a casa del campo de concentración. Se dio cuenta que su vida era un regalo de Dios y que debía compartir lo que ella y Betsie habían aprendido en Ravensbruck: «Dios nos dará el amor que necesitamos para perdonar a nuestros enemigos«. A la edad de 53 años, Corrie comenzó su evangelio durante 32 años, por más de 60 países.

Todas mis fotografías tomadas en la casa de Corrie ten Boom están disponibles en:

https://www.dropbox.com/sh/8mjs1zrs2vdpxu5/0p6F8ydnMc

En 1968, el Museo del Holocausto en Jerusalén (Yad Vashem) le pidió a Corrie que plantara un árbol en el Jardín de los Justos, en honor a las muchas vidas judías que su familia salvó. Corrie murió cuando cumplía 91 años. Según la tradición judía, los bendecidos tienen el especial privilegio de morir en su cumpleaños.


Visita a Birkenau Judenramp

A pesar de que la rampa que consiguió más popularidad la que se construyó dentro del campo de Birkenau (una vez traspasada la conocida como «Puerta de la Muerte»), y que ha sido considerada como muestra de la iconografía del campo, en realidad no empezó a funcionar hasta la primavera de 1944, con los tristemente famosos transportes de judíos procedentes de Hungría.

Hasta entonces, la inmensa mayoría de prisioneros había llegado al campo de exterminio Auschwitz II (también conocido como Birkenau) a través de la plataforma que se encuentra aproximadamente a 1 km de distancia del campo. Los lujosos trenes con judíos procedentes de Holanda y Bélgica recibían un trato infinitamente mejor que el de los transportes procedentes del Este. Éstos eran recibidos brutalmente, con luces deslumbrantes, perros salvajes, kapos aún más agresivos, golpes y gritos con órdenes contradictorias, que lograban paralizar y neutralizar a los prisioneros.

Desde allí debían arrastrar consigo sus pertenencias hasta el campo, donde se realizaba la selección y se decidía quiénes iban directamente a las cámaras de gas y quiénes pasaban a formar parte del campo (como mano de obra esclava). Quienes no podían andar, enfermos y ancianos, eran subidos a camiones (rotulados como pertenecientes a la Cruz Roja) y llevados directamente a la cámara de gas.

Todas mis fotografías tomadas en la rampa están disponibles en:

https://www.dropbox.com/sh/vd3hr9f76nvbl6r/qdEGC5SI-C

No es lugar muy visitado, por encontrarse fuera de la ruta habitual.

Pero es un lugar de recogimiento y reflexión. Hoy en día no se puede andar la ruta que realizaban los prisioneros, porque han construido casas.


Visita a la prisión de Pawiak (Varsovia)

Coordenadas en el GPS:   52º 14′ 45.79″ N       20º 59′ 27.76″ E

Si no se dispone de tecnología GPS, no resulta fácil encontrar el Museo de Pawiak en Varsovia, pues a simple vista es un edificio más.

Aquel frío día de diciembre de 2010 bajé del tren y anduve, horas y horas, tratando de encontrar algún resto del antiguo gueto de la ciudad. Pregunté a unos y a otros, y debo confesar que sin mucho éxito, pues la mayoría de los polacos suelen decirte que no entienden inglés. No quedan huellas de una ciudad que fue aniquilada y arrasada. La decepción es grande.

En realidad, Guías publicadas con rutas que permitan visitar y conocer en detalle lo sucedido, se cuentan con los dedos de una mano. Todas ellas se incluirán en el presente blog, que intenta reunir los libros y documentales de la Shoah.

Aunque el trato con la gente de Polonia suele ser cordial, puede uno toparse con lugareños malencarados, cansados de escuchar las mismas preguntas.

Esta prisión es muy anterior al Régimen nazi, pues fue construida por los rusos entre 1830 y 1835. Sin embargo, adquiere su mayor fama durante la II Guerra Mundial porque se utilizó como prisión de judíos y de polacos. Las condiciones de maltrato, violencia y crimen eran escalofriantes.

Tras arrasar Varsovia, la prisión de Pawiak quedó en ruinas y se utiliza ahora como museo. Junto a lo que queda de la entrada principal (un muro con adorno de alambre de púas), hay un falso árbol, réplica de lo que fue el árbol original, y que ahora representa un homenaje a los prisioneros que allí murieron. Se puede observar con más detalle si se hace click sobre la imagen obtenida en Google Earth.

Tras la invasión alemana de Polonia, la Gestapo la utilizó como prisión. Aproximadamente 100.000 hombres y 20.000 mujeres pasaron por Pawiak, sobre todo miembros de la Resistencia, presos políticos y algunos civiles que fueron tomados como rehenes. Unos 37.000 de ellos fueron ejecutados, y unos 60.000 fueron enviados a campos alemanes de concentración y de exterminio. El número exacto de víctimas es desconocido pues los criminales nazis consiguieron deshacerse de los archivos.

El 19 de julio de 1944, algunos presos intentaron sublevarse, apoyados por un ataque desde el exterior, pero no tuvieron éxito. Como represalia, 380 presos fueron ejecutados al día siguiente. El edificio no fue reconstruido después de la guerra y su lugar es ahora ocupado por un Mausoleo a la memoria del martirio y por el Museo de Pawiak.

En la fotografía de una celda se puede observar la parte del muro original, y lo que fue reconstruido. Parte de la prisión ha sido dedicada a una exposición permanente. Esta visita es absolutamente recomendable si se viaja a Varsovia.

Es posible adquirir la Guía de la prisión, disponible en una única edición en 2 idiomas: polaco e inglés.